Dedicada con mil amores a la doctora Romero.
La encontré (la medusa, no la doctora) en la playa de Agua Amarga, en Almería, y se derritió sin dejar más rastro que un charquito de agua. Ni olores ni sabores (oh sí, nos comimos un trocito, almas de cántaro, pero sin consecuencias ni catástrofes, y además la consistencia era Tan Agradable...). Si alguno sabéis qué bicho es este tan misterioso os agradecería infinitamente que me ilustrarais al respecto...
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