jueves, 27 de octubre de 2011

Kookaburras despiporrándose

Así me voy a reír yo, como una kookaburra, tanta lluvia y tanto mojopicón, demontres...

Me llueve

Dativo ético, sí. Enfático, afectivo, ponderativo, expresivo, coloquial. Mío. A mí.
Me llueve. Supongo que a vosotros también, pero a mí me llueve más.
Cogollos.


sábado, 22 de octubre de 2011

Las Tejhadas, o hadas de los tejados

Por lo visto corretean entre tejas, claraboyas y mansardas. Estas dos son de Sighisoara, en Transilvania, pero digo yo que por aquí también las tiene que haber, porque ahora que parece que sí que vienen las lluvionas, voy a necesitar que me echen una mano por favor, por favor. Yo en cualquier caso, voy cruzando los dedos...


miércoles, 19 de octubre de 2011

Kovalévskaya!

Nieta de reyes y gitanas. Aquí donde la ven, tiene un cráter en la Luna (y un cascabel para despertar los anillos de Saturno).
Viva demostración de que mirar las paredes también es aprovechar el tiempo (años, siglos, toda una mañana... Imposible saberlo).


lunes, 17 de octubre de 2011

Requeteciclamen

Ay, madre, que se acerca, se acerca inexorablemente el otoño, y ya estamos con la pulsión rosafurcia.
No hay como un día un poco gris para que salten as alarmas. Aunque haga tanta falta que nos llueva...

Micro Bios #2!

Continuando la microserie, aquí presentamos ¡el drama microscópico del momento!
Una semana después, en otra gota de agua, de la misma pipeta que la anterior (ni aclarado, la había; ¡toma método científico!) la vida proliferó tantamente, que los paramecios, los pobres, se chocaban los unos con los otros, felizmente ignorantes del peligro que corrían. El agua empezaba a escurrirse fuera del espacio protector entre el porta y el cubre, que es donde se dedican a existir seguros y protegidos. Súbitamente una ola reductora los atenazó y acorraló, acercando las lindes de su pradera acuática como en una peli de Indiana Jones, provocando situaciones de pánico pavor, hasta que sólo quedó una isla de agua que los apelotonaba a todos. Menos mal que, de momento, nadie ha confirmado la capacidad de sentir de los paramecios y las pulgas de agua (que también las había, también, no se impacienten), y supongo que simplemente murieron y ya está. Pero confieso que ser testigos impasibles de semejante tragedia microscópica nos ha dejado un poco tocados a mi equipo y a mí misma.

Por cierto, presten atención, hacia el 0:22 un paramecio nos guiña un ojo. ¡Será golfo!

miércoles, 12 de octubre de 2011

Las mañanas cítricas

En este otoño sísmicovolcánico que nunca empieza (y yo encantada, para qué engañarnos) no deben perderse las buenas costumbres... ¡Zumo de naranja, pomelo y clementina, para empezar el día con la barriguilla llena de luz y que no se nos atraviesen ni los vientos ni las tempestades!
Caminando con las manos, estamos. Salinas, la vida puede ser maravillosa...


martes, 4 de octubre de 2011

¡Micro bios!

Ante todo, y por delante quede, que nunca en mi vida pensé que fuese a ver cosas como éstas. Estoy toda transportada. Y esto es sólo el principio.

De la alberca de Antares recogí un poco de agua y unas alguillas. El primer día que me puse a observarlas con el microscopio que me regaló la Maravilla salió esto, unos alegres paramecios pastando felices entre las espirales clorofílicas de un alga Spirogyra, por el caparazón de una pulga de agua, por el vacío del éter el agua dulce... No me negarán su condición de altamente deliciosa pa les retines. Pero no se fíen, hay mucho más... iremos por partes.

La banda sonora pertenece al disco de culto Música Nanos, de la prestigiosa Banda de los Narizotas bajo la batuta del gran Dimitri, y se grabó allá por el año 1982 en los míticos estudios Cumpleaños en Escosura 4. 
¡Oh, oh oh! ¡totus floreoh!